Transtorno Obsesivo Compulsivo
La palabra obsesión deriva del latín “obsidere”, que significa asedir. Cuando hablamos de obsesiones nos referimos a pensamientos, imágenes o impulsos intrusivos que la persona considera inaceptables, repugnantes, absurdos y en su intento de control intenta rechazarlos.
Las compulsiones son las conductas que realiza el sujeto para neutralizar el contenido obsesivo. Dicha conducta compulsiva se realiza de una forma estereotipada y de acuerdo a las reglas del sujeto.
Las personas afectadas de éste trastorno adoptan respuestas de evitación a los estímulos o situaciones que disparan tales obsesiones. Hay que tener en cuenta el grado en el que el paciente es consciente de que sus obsesiones son irracionales, aunque si es cierto que la mayoría de las personas son conscientes de ello, existe un bajo porcentaje, que presenta una pobre comprensión, es decir, que conceden credibilidad al contenido de las obsesiones. La presencia de una pobre comprensión del TOC, se asocia a una mayor gravedad, comorbilidad, y peor respuesta al tratamiento.
Existen diferentes clases de obsesiones y compulsiones:
Simetría y orden, cuyos rituales son ordenar, contar o repetir.
Contenidos prohibidos (agresión, daño, sexo, religión y somáticos), que se acompañan de compulsiones de comprobación y reaseguración.
Contaminación, que se acompañan de limpieza.
Cruzado J.A (2013). Máster en Terapia de Conducta. Uned. Madrid.
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