DEPENDENCIA EMOCIONAL
Es fácil confundir amor con dependencia, ésta última hace referencia a tener miedo a quedarse solo. Hay personas que piensan que ser dependiente de otra persona es señal de amor, pero realmente no lo es, si no que estamos ante un patrón vinculatorio patológico. Cuando existe miedo a quedarse solo estamos hablando de dependencia , no de amor, sería un amor desequilibrado en el que uno se quiere poco y no atiende sus propias necesidades, si no que única y exclusivamente las del otro.
El perfil de estas personas, es la inseguridad y la baja autoestima, es decir, se dicen que valen menos que los demás y su valía depende del exterior, mostrando también una preocupación excesiva por la imagen que dan ante los demás, en lugar de confiar en ellos mismo. También tienden a la autocrítica cuando no obtienen el reconocimiento que buscan en los demás, por lo que para evitar esto ceden su bienestar a otras personas, mostrando en ello una conducta sumisa.
Hay ciertos factores que se encuentran en la base de este tipo de rasgos, como pueden ser:
1) Haber tenido un apego inseguro, caracterizado por la sobreprotección, dependencia o
vinculaciones evitativas.
2) Haber sufrido traumas en la infancia.
3) Haber padecido o presenciado maltrato durante la infancia.
4) Haber tenido un progenitor con algún tipo de trastorno psicológico.
No es ser egoístas, si no que se trata de querernos a nosotros mismos y no desatender nuestras propias necesidades. Podemos hablar de dependencia sana si sentimos control sobre nosotros mismos y tenemos la libertad de decidir cuándo ceder y cuándo no.